Sonrisa gingival o el miedo a sonreír por enseñar más encía que dientes

La sonrisa gingival tiene solución, y en muchos casos mediante un tratamiento relativamente amable, pero vayamos por partes.Antes de comenzar a desarrollar la sonrisa gingival comenzaremos por introducir una realidad: todas las sonrisas no son iguales. Algunas personas tienden a reírse desde los extremos, otras levantan simultáneamente la parte central y los bordes. ¡Hasta hay algunas que quedan de lado! La sonrisa, como la huella dactilar, es única e irrepetible. No solo entran en juego los dientes, por supuesto, sino una serie de complejos factores que, unidos a nuestra comprensión social, delimitan una fina línea entre lo que se considera estético y lo que no. ¿Quieres saber cuáles son? Atentos.

Sonrisa gingival: qué es y cómo puedes solucionarlo

¿Sabías que tan solo necesitas entre 12 y 17 músculos para sonreír frente a los 43 que usarías para fruncir el ceño? Esta afirmación cobra todavía más sentido cuando muchas personas prefieren esconder sus dientes por miedo a sonreír o sufrir rechazo por un aspecto estético. La sonrisa gingival, sin lugar a dudas, es una de las principales causas de este temor. Pero, debemos tener en cuenta que se trata de un problema estético y no funcional.

La concepción de simetría y aspectos matemáticos siempre nos ha llamado la atención. No hay más que ver la última de las maravillas del mundo antiguo, las pirámides de Giza, para darse cuenta de este detalle. En consecuencia, no es de extrañar que la boca, presente en todos los seres humanos del mundo, también esté supeditada a unas leyes de proporción un tanto subjetivas. Te contamos cuáles son. El 25% de las personas tienen sonrisa gingival. En lo que respecta al sexo, las mujeres presentan esta característica un 5% más que los hombres.

Corregir sonrisa gingival

El porcentaje entre encía y diente es el aspecto que marca la diferencia entre una sonrisa gingival y una considerada como “estética”. El punto de inflexión está cuando la encía se muestra más de 4 mm al sonreír. Este aspecto también puede variar en función del tamaño de las piezas dentales, pero la variable en este aspecto es significativamente pequeña. ¿Hablamos de algo malo? Funcionalmente hablando, no. Ahora bien, ¿por qué no ponerle remedio si no te gusta tu propio sonrisa? Lo importante es sentirte cómodo y bien, por lo que vamos a contarte cómo podemos darle solución a tu sonrisa gingival.

El primer punto a tener en cuenta es que existen diferentes grados y causas que definen esta característica en nuestra sonrisa. A continuación nombraremos los más comunes, empezando por una erupción dental pasiva tardía.

Cuando nuestros dientes finales han salido siendo ya mayores, lo más probable es que se haya desarrollado el hueso de la mandíbula superior cuando estos todavía estaban dentro. En consecuencia, un alto porcentaje del diente exterior (con dentina) queda dentro de la propia encía, por lo que el procedimiento más habitual consistiría en cortar unos milímetros para mostrar un mayor porcentaje de diente.

Otra opción es cuando existe un exceso de porción ósea en el maxilar superior, es decir, cuando el hueso de debajo del labio es más prolongado de lo habitual. En este caso se debe llevar a cabo un procedimiento quirúrgico más completo y agresivo, el cual consistiría en acortar la arcada superior para posicionarla más arriba. En casos menos graves también puede tratarse mediante ortodoncia específica.

Sonrisa gingival y botox

Finalmente hablaremos del caso más habitual, cuando existe una hiperfuncionalidad de los músculos que forman nuestra sonrisa. Estos suben en exceso el labio, por lo que se podrían realizar infiltraciones de botox para, de ese modo, reducir la funcionalidad de la contracción muscular. Este caso también puede darse, de forma simultánea o paralelamente, por un labio demasiado fino o corto, en cuyo caso podría aumentarse de tamaño mediante ácido hialurónico. Ambas opciones deben realizarse siempre por personal cualificado.

En todo caso, nunca hay que confundir la sonrisa gingival con la gingivitis. Esta última es una inflamación de las encías, producida por una reacción o falta de higiene. Esta debe ser tratada en función de su gravedad, pudiendo derivar en otros problemas serios. Por eso te recomendamos que visites tu dentista de confianza para que controlemos tu salud bucodental mediante revisiones periódicas. Y si quieres sentirte más a gusto contigo mismo, encuentra tu Clínica W más cercana estudiaremos tu caso.

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