Disgeusia o sabor metálico en la boca: ¿conoces la causas?

¿Notas un sabor metálico en la boca o has perdido el gusto en alguna ocasión? Seguramente esto último sea más común de forma temporal, fruto de un resfriado, sin embargo un cambio o alteración en el gusto no es algo habitual, por lo que conviene estar alerta y detectar estas señales de que algo no funciona bien en nuestros dientes y encías. A continuación te contamos a qué se debe el sabor a metal en la boca que tan mal gusto nos deja.

5 Causas del sabor metálico en la boca

No resulta extraño relacionar el concepto de boca con el sentido del gusto, ¿verdad? Aunque la percepción de los aromas comience en la nariz, la cúspide del placer se alcanza al comer. Este hecho resulta de lo más lógico al explicarlo, pero no pienses que es tan sencillo en el día a día. De hecho, ¿alguna vez has perdido el gusto y has pensado que podría tratarse de un problema de salud bucodental?

La pérdida del gusto se cataloga en las siguientes tres nomenclaturas: disgeusia (alteración), hipogeusia (parcial) y ageusia (total). El primero es el que se fundamenta en problemas bucodentales. Por tanto, en este caso, más que perder el sentido del gusto se produce un camuflaje por un amargo, metálico, salado o rancio. ¿Quieres conocer las principales causas de este sabor metálico en la boca?

Medicamentos

Entre los efectos secundarios de algunos fármacos, como los antibióticos, los que contienen clorhexidina y, especialmente, aquellos ligados a trastornos de ansiedad, está la pérdida del gusto o la repentina aparición de sabor a hierro en la boca. Una sensación nada agradable, la verdad.

La edad

Algunas personas mayores suelen tener dificultades para absorber el hierro, el ácido fosfórico o la vitamina B12. Este hecho puede llegar a producir atrofia en la mucosa lingual y, por consiguiente, en las papilas gustativas. El resultado es una boca más seca de lo habitual y un persistente regusto amargo. La hidratación constante y el consumo controlado de caramelos sin azúcar pueden ayudar y mucho en este aspecto. No obstante, no dudes en consultar con tu médico o dentista si la sequedad en la boca es algo habitual.

Higiene bucodental incorrecta

No son pocas las veces en los que se produce una alteración del sabor por una mala higiene bucodental. Si no te cepillas los dientes o pasas el hilo dental de forma habitual, el resultado puede derivar en problemas en las encías como gingivitis, periodontitis e infección dental. Estas infecciones producen un sangrado que, como resultado, produce un fuerte sabor metálico en la boca. Las infecciones se pueden superar con prescripción del odontólogo, aunque la clave está en tener una buena rutina de limpieza diaria.

Infecciones o lesiones

Por otra parte, cuando tenemos una lesión en la boca, ya sea por un golpe, al mordernos o al haber comido alimentos demasiado duros, el tejido afectado se inflama e irrita. Esta inflamación puede llegar a producir un sabor salado, el cual desaparece al sanar. Si esta herida es reincidente de forma continuada, es recomendable que lo consultes con tu dentista, ya que puede tratarse de un problema en la mordida o un mal hábito.

Caries

Por último, hablaremos del sabor rancio. Este, generalmente, se suele producir por la caries. Numerosas bacterias viven en la cavidad bucal. Una deficiente limpieza dental puede derivar en una excesiva acumulación que, al final, acabe produciendo caries. Recuerda cepillarte los dientes al menos dos veces al día. El hilo dental y el colutorio son dos excelentes complementos para una correcta salud oral.

Ante cualquier molestia, anomalía o inflamación, especialmente si es persistente, acude a tu dentista de confianza. Recuerda que este tipo de señales nos indican que algo no funciona correctamente en tu boca. Por ese motivo es importante que planifiques tu revisión en el dentista de forma periódica. Si te organizas cada poco tiempo las revisiones será más complicado que aparezca caries o cualquier otro tipo de infección. Además, en caso de hacerlo, también podremos actuar cuando el daño es pequeño, ahorrando molestias, sufrimiento y costes. Encuentra tu Clínica W más cercana y ven a vernos para que realicemos un chequeo de tu boca. ¡Y a sonreír!

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